Soy ex-estudiante de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Estudié allá durante 4 semestres y puedo corroborar con toda la tranquilidad del mundo que es cierta cada una de las afirmaciones de Victor Albarracín en este entrevista.
Siendo un docente es demasiado delicado -guardando proporciones- con la realidad del autocratismo y completo AUTISMO que Sylvia Escobar tiene, el que ha generado dentro de la facultad y con el que ha infectado a los estudiantes de la Universidad.
Dos cosas para resaltar de sus comentarios.
La primera, que la persecución no es tan sutil como se podría pensar. Estamos hablando de unas posturas en las cuales prima la moralidad y el deseo de ser políticamente correctos sobre la calidad y continuidad de las obras que se puedan plantear, e inclusive, la relación que estas tengan con la realidad inmediata, no con los sofismas posmodernos planteados como biblias sempiternas por la facultad y allegados.
La segunda, la completa ausencia de conciencia de los estudiantes de la Universidad de la complejidad del problema y de la exigencia que deben realizar como estudiantes. Muchas veces experimenté frustración y desencanto por una decana que hace oídos sordos a los procesos y quiere productos de consumo visual lindos y empacados bajo afirmaciones tan mediocres como 'estos murales todavía son demasiado figurativos... los quiero más abstractos (¿?)' -2003, Dibujo III-; pero se suma ese desencanto a unos estudiantes que no son conscientes bajo ninguna medida del golpe tan tremendo que reciben para que asimilen sin chistar las teorías del posmodernismo sin hacer una revisión previa de la forma como se enseña en la universidad. No nos podemos quedar en un ejercicio intelectual de método, hay que llevarlo a un ejemplo de vías de hecho y PRÁCTICAS ARTÍSTICAS NO INSTITUCIONALES... mas eso parece no importarles a niños que están más ocupados en consumir drogas y en que en medio de su enpantanamiento no se dan cuenta de que una vez se cuela El Aparato dentro de un espacio 'libre', el problema NO ES que no puedas fumar marihuana: EL PROBLEMA ES QUE TE VAN A DECIR CÓMO Y QUÉ RECREAR, DISLOCAR, CUESTIONAR, SUBRAYAR O REPRESENTAR con la obra de arte.
Por este tipo de fenómenos Tranquilandia es un metedero. Por este tipo de fenómenos es que no se toma de manera seria a los estudiantes de la Tadeo, porque y para finalizar, cuando conectan con el mundo laboral, como yo lo he hecho durante un año ya, y les exigen, de acuerdo a su nivel supuesto académico, que enseñen de forma contundente un proceso artístico, deben bajar la cabeza y aceptar, con toda la rabia, toda la sorpresa, toda la humillación y todos los cuestionamientos y despertares, qué es lo que realmente me ha enseñado a hacer una universidad...
*(Los videos y las entrevistas completas serán publicadas aquí periodicamente).
p.dquiebre@
gmail.com
Preocupados por la crisis del programa de Bellas Artes de la Tadeo, donde somos estudiantes, decidimos adelantar una serie de entrevistas realizadas a profesores que en su momento estuvieron vinculados a la universidad y hoy, por motivos diversos pero todos generados en el marco de las relaciones intrauniversitarias, han salido del programa.
Consideramos que estos profesores hicieron aportes significativos a nuestros procesos artísticos y personales, y que su voz puede ser esclarecedora para el entendimiento del curso de los hechos actuales. El uso de esta plataforma pública para evidenciar esta problemática se justifica por los intentos fallidos que algunos estudiantes del programa realizaron semestres anteriores dentro de la universidad para exigir una serie de cambios, que terminaron en una persecución difusa desde la dirección del programa y una práctica de desarticulación de toda iniciativa colectiva.
Sentimos la necesidad de recoger estos testimonios al identificar la importancia del momento; la salida en tan corto tiempo de un gran numero de profesores que conformaban la planta docente por la que el programa de Bellas Artes de la Tadeo pudo ser reconocido. Ellos fueron participes y desarrollaron hasta llevar a buen término procesos como la acreditación de la carrera, el diseño como tal del programa y las diferentes materias, que ahora por incomprensión de la administración perdieron su sentido y fueron revaluadas desarticulando su coherencia. Si bien vemos la valiosa labor y buena disposición de algunos profesores que hoy están vinculados a la institución también se hacen evidentes hechos por los que podría cuestionarse la idoneidad de otros, a quienes se les han asignado las más altas responsabilidades dentro de la dirección y administración del programa académico.
Agradecemos el criterio e interés de los profesores entrevistados, sus pertinentes respuestas recogidas en este proyecto, conforman un material reflexivo importante sobre la situación por la que atraviesa el programa de Bellas Artes de la Tadeo.
1 comentario:
Soy ex-estudiante de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Estudié allá durante 4 semestres y puedo corroborar con toda la tranquilidad del mundo que es cierta cada una de las afirmaciones de Victor Albarracín en este entrevista.
Siendo un docente es demasiado delicado -guardando proporciones- con la realidad del autocratismo y completo AUTISMO que Sylvia Escobar tiene, el que ha generado dentro de la facultad y con el que ha infectado a los estudiantes de la Universidad.
Dos cosas para resaltar de sus comentarios.
La primera, que la persecución no es tan sutil como se podría pensar. Estamos hablando de unas posturas en las cuales prima la moralidad y el deseo de ser políticamente correctos sobre la calidad y continuidad de las obras que se puedan plantear, e inclusive, la relación que estas tengan con la realidad inmediata, no con los sofismas posmodernos planteados como biblias sempiternas por la facultad y allegados.
La segunda, la completa ausencia de conciencia de los estudiantes de la Universidad de la complejidad del problema y de la exigencia que deben realizar como estudiantes. Muchas veces experimenté frustración y desencanto por una decana que hace oídos sordos a los procesos y quiere productos de consumo visual lindos y empacados bajo afirmaciones tan mediocres como 'estos murales todavía son demasiado figurativos... los quiero más abstractos (¿?)' -2003, Dibujo III-; pero se suma ese desencanto a unos estudiantes que no son conscientes bajo ninguna medida del golpe tan tremendo que reciben para que asimilen sin chistar las teorías del posmodernismo sin hacer una revisión previa de la forma como se enseña en la universidad. No nos podemos quedar en un ejercicio intelectual de método, hay que llevarlo a un ejemplo de vías de hecho y PRÁCTICAS ARTÍSTICAS NO INSTITUCIONALES... mas eso parece no importarles a niños que están más ocupados en consumir drogas y en que en medio de su enpantanamiento no se dan cuenta de que una vez se cuela El Aparato dentro de un espacio 'libre', el problema NO ES que no puedas fumar marihuana: EL PROBLEMA ES QUE TE VAN A DECIR CÓMO Y QUÉ RECREAR, DISLOCAR, CUESTIONAR, SUBRAYAR O REPRESENTAR con la obra de arte.
Por este tipo de fenómenos Tranquilandia es un metedero. Por este tipo de fenómenos es que no se toma de manera seria a los estudiantes de la Tadeo, porque y para finalizar, cuando conectan con el mundo laboral, como yo lo he hecho durante un año ya, y les exigen, de acuerdo a su nivel supuesto académico, que enseñen de forma contundente un proceso artístico, deben bajar la cabeza y aceptar, con toda la rabia, toda la sorpresa, toda la humillación y todos los cuestionamientos y despertares,
qué es lo que realmente me ha enseñado a hacer una universidad...
...y la respuesta es un terrorífico NADA.
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